dilluns, 24 de gener del 2011

Rabia contenida=Mala jugada

Soy culpable. Sin embargo, es injusto. 

Lo quiere todo, todo para ella, haciendo caso omiso al resto. ¿Nos tenemos que joder? ¡Anda ya! Por eso he luchado por mis derechos, porque soy libre de expresarme. Ella, también. Aunque, llega esa frontera, el margen de la página, en la cual uno, debe elegir entre quemarse o pasar. He avanzado trincheras y me han herido, pero estoy bien. Estoy bien.... bien jodido. Desde bien pequeño he ido cambiando de personalidad y formé una muy buena: los comentarios de las personas a las que odio o, no me caen, directamente, los oigo, pero no los escucho. Es genial, menos barbaridades rodean tu mundo. Sin embargo, esto ha cambiado, ha ido a más. Hoy, he cogido mi rabia y la he transportado a donde no debía, pero estoy cansado y, cuando pasan ese límite, uno, acaba mandando al mundo al carajo. Eso he hecho. El problema ha venido después, al acabar la faena, se me ha acercado mi problema y me ha pedido explicaciones sobre mi actitud. Pero, ¿qué se ha creído que es? Encima, ¡pidiendo explicaciones!. 


De nuevo, al borde. Mañana será un día nuevo, aunque no sé si saldré de este lugar, estoy encerrado en un cúmulo de ojos observando cada movimiento, gesto, que hago. 


Objetivo: reencontrar mi antigua personalidad...

dimarts, 18 de gener del 2011

Real no es sinónimo de Verdadero

Siento haber desaparecido de repente, pero tuve un problema la noche de esa fiesta a la que llamáis Navidad. Estaba en mi casa leyendo un libro sobre los idus de Marzo del año 44 a.C., año en que Julio César fue asesinado, cuando, a eso de las 23:30 h, llamaron a la puerta. No esperaba a nadie... O, ¿tal vez sí? Deduje que eran ellos, los secuaces asquerosos de Mind. Eran unos 15 y todos tenían el mismo objetivo: llevarme al calabozo. En este mundo, los calabozos no son cárceles, son habitaciones de 200 metros cuadrados con el suelo de hielo, y, cada día, si quieres comer, debes ir hasta la otra esquina del calabozo a coger la comida, pero, con una condición: que lo hagas gateando y sin deslizarte. Así estuve hasta la mañana pasada. ¿Por qué acudieron a encerrarme? Algún soplón le ha soltado a Mind la idea de revolución que estamos organizando. No hay problema, compañeros, ¡debemos ser fuertes!.


De hecho, en los calabozos, a los compañeros de los otros, les propuse un juego con el fin de que se diesen cuenta sobre los problemas que debemos cambiar. Cada noche nos dejaban escoger una película para verla todos juntos. Siempre eran producciones de Mind y nos querían meter en la cabeza sus ideas. Pero, una noche, les preguntamos si nos dejaban ver una película de vuestro mundo, una que hablaba sobre la 2ª Guerra Mundial y se centraba en las torturas de los alemanes nazis y la vida de los judíos en esa época. Yo sé mucho sobre ese tema y les expliqué en qué consistió esa guerra. Todos estaban blancos y todos se sentían fatal, a pesar de no haberlo visto nunca. Era formidable, todos lo comprendieron con mucha empatía. Me encantó. El juego consistía en ponerse en el lugar de los personajes y, a la vez, ver cómo reaccionaban el resto de compañeros. Me pareció una buena idea porque nos podríamos conocer más (ya que el tiempo que teníamos que pasar allí era eterno...). Todo se fue al garete. Éramos 100 compañeros y el 90% ser reía de las torturas que les ocurrían a esas personas, desgraciadas por tener que pasar una etapa llena de barbaridades. Yo estuve sufriendo desde que empezó hasta que acabó la película (bueno, yo y 10 más). ¿De qué sirvió todo lo que les conté y su reacción al respecto? Me di cuenta de que la gente puede llegar a ser muy falsa, ignorante e hipócrita. Es más, de estos, aunque estén en el calabozo, te puedes incluso esperar a que sean partidarios del régimen de Mind. ¡Fue asqueroso!. 


Al día siguiente, es decir, ayer, a primera hora de la mañana, me llegó un aviso del despacho del jefe de los secuaces, me marchaba de allí y volvía a casa. No tenía que hacer más daño a los presos con mis ideas de cambio. ¡¿Cambio?! ¡¿Qué cambio?! ¡Son todos unos hipócritas!. Me marché contento, os necesito, sé que vosotros sois fieles y verdaderos.


¡Ánimo!